Discurso al hombre en la oscuridad del cine

“No tendrás una orilla fija en que agarrarte,  no descansarás en este viaje sin orillas, en este relato sin relación, de espacio y tiempo determinados, porque en el tiempo indeterminaré los espacios, encarnando el tiempo, desencadenando el relato.

 

Esqueleto de relaciones sin relato, que no tocará pie en tierra, flotando velozmente, variando su marcha sin detenerse, ondulando, variando su dirección para no confirmar la línea que no sea esta indeterminación líquida del curso temporal.

En esta veloz vacilación que avanza, hasta la muerte es geométrica y mental, hasta la vida razona que más ocultos movimientos, pero aquí el razonamiento está contra la razón misma a la que se afirma. Pobre espectador sobre tu asiento viajero, porque no hay salida porque está puerta dónde vas a tocar se cae, esta tierra donde vas a pisar se vende, este relato que vas a ver desaparece. 

Y el espacio en el que creías poder refugiarte está vacío, en el que querías olvidar agarrándote a un recuerdo, ¡no hay aquí recuerdo concreto! Y no puedes olvidar, tienes que quedar con tu memoria sola, como un látigo sobre tu carne. ¡ Despierta! ¡Te hemos apagado la luz para que no te duermas apoyado en los objetos que aquí esperabas! Al despertarte es preciso que te encuentres solo. Esto es lo que pretendemos. Si no quieres estar solo, camina. Si quieres comer reparte tu pan.  ¡ Grita cuando veas a ese niño muerto! Tómalo en tus brazos para que puedas proseguir con un hombre, para que puedas morir como un hombre, hasta dar con un hombre distinto.

(…)

Muevo el cuello mirando a penas, pero la cámara se pone en movimiento si algo se detiene. No hay reposo. Este es el documental. Si tú estás quieto, yo me muevo. Si tú te mueves, yo me detengo. Esta es la cámara. Su diálogo que no quiere diálogos, su documental que no quiere documental.

Querías relato para olvidarte,  documental para fingirte memoria, aquí tienes esto: un sitio donde te preguntes ¿qué has hecho de tu hermana memoria? y que la busques, que tú mismo te pregunte si te contestes, que tú mismo vivas y te recuperes, que te preguntes, hasta que no necesites preguntarte más y vivas en cada INSTANTE

para que no almacenes memoria culpable, para que vivas el día, para que no produzcas historias sino vida,   para que no tengas pasado sino INSTANTE, 

para que no produzcas muertos de los que tengas que escaparte, para que no tengas que seguir siendo el muerto que eres que no quiere vivir”